sábado, 17 de abril de 2021

El exconvento de Santo Domingo. Valencia


                                       
 

                                                                     Capilla de los Reyes


                                            Bóveda de arista de la Capilla de los Reyes


Sala capitular. Techo con bóvedas de crucería



Sala capitular






Claustro








Claustro

 La primitiva iglesia fue sustituida por otra más amplia en 1250 y ésta a su vez fue derribada a principios del siglo XIX. El hermoso claustro gótico, el resto arquitectónico más antiguo, comenzó a construirse hacia 1300, no siendo mucho más tardía la monumental aula capitular. Otra estancia conservada íntegra, la capilla de los Reyes, data de 1431, y el refectorio, últimamente repristinado, destinado a sala de recepciones, se comenzó a construir en 1560. De finales del siglo XVI es la portada en forma de retablo y el claustro inmediato que precedían a la iglesia, siendo ya de la segunda mitad del siglo XVIII la capilla de San Vicente Ferrer y aún más moderno, de principios del siglo XIX, la fachada principal del edificio conventual, parcialmente alterada al ser destinado éste a Capitanía General (más tarde, sede de la III Región Militar).

En la galería de levante se abre además el aula capitular, magnífica estancia abovedada cuya construcción data como se ha dicho de principios del siglo XIV. Constituye este recinto una sala cuadrada de doce metros por lado cuya bóveda de nervadura descansa sobre cuatro columnas centrales; los haces fasciculados de estas columnas se prolongan efectivamente en forma de palmera en los propios nervios de la bóveda de nervadura descansa sobre cuatro columnas centrales; los haces fasciculados de estas columnas se prolongan efectivamente en forma de palmera en los propios nervicios de la bóveda, produciendo un efecto de ingravidez y ligereza bien notable. Se accede a esta sala capitular a través de un arco apuntado decorado con calada tracería similar a la de los ventanales, estos divididos por estilizados maineles.

La iglesia conventual que, como se ha señalado, sustituyó a la primitiva por muy reducida, hubo de ser derribada a su vez por peligro de ruina; la tercera iglesia, de grandiosas proporciones, construida conforme al modelo gótico occitano de planta uninave y capillas laterales, fue comenzada a construir en 1382. De tan espacioso templo sólo resta por desgracia la capilla de San Vicente, bellamente neoclásica, prolongada y renovada en el siglo XVIII. La repristinación en esta capilla del tramo de los pies ha puesto al descubierto recientemente la estructura gótica -nervios y arcos fajones helicoidales- de una mínima parte de la nave del templo conventual, derribado casi en su totalidad en 1812. Se mantiene íntegra, en cambio, la capilla de los Santos Reyes, comenzada a construir en 1431 a expensas de Alfonso el Magnánimo y concluida en 1436 por Juan II. La singular cubrición de este noble recinto mediante bóveda de crucería anervada le otorga un interés excepcional, insólito; consta esta bóveda de tres tramos, oblongos los dos primeros y hexagonal el recayente al presbiterio pues, aunque de planta rectangular la capilla, sendas trompas a cada ángulo del muro testero permite tan ingeniosa transición espacial.

La capilla de los Reyes, comunicada con la capilla de San Vicente, tiene acceso propio a través del claustro renacentista; consiste dicha entrada en un pórtico apuntado con doble arquivolta sobre columnas pareadas en cuyo tímpano se ostentan las armas de Alfonso el Magnánimo. Destaca de esta estancia su portada, entre gótica y renacentista, la cubierta abovedada también sin nervios y la doble escalera helicoidal, carente de eje de piedra, que comunica con la terraza, escalera ésta sumamente ingeniosa por permitir el subir y bajar simultáneamente dos personas sin cruzarse. Concluidas las partes esenciales del convento se acometió la construcción del patio de ingreso al templo y de la respectiva fachada exterior. Consiste ésta en un imafronte en forma de retablo dividido en dos cuerpos.

El campanario fue construido en 1640 sobre parte de la bóveda de la sacristía de la capilla de los Reyes; es de planta cuadrada y consta de un cuerpo inferior más ancho terminado en balaustrada, cuerpo de las campanas con dobles columnas pareadas de orden toscano a cada lado de los ventanales, y terraza con balaustrada decorada con dieciséis pináculos sobre la que se alza un edículo con frontones sobre sus cuatro vanos y cupulín; este templete fue construido en 1755 y, tras su derribo, en 1810, fue rehecho en 1955 con motivo del V Centenario de la canonización de San Vicente Ferrer bajo la dirección del arquitecto A. Ferrant.

Paralelamente a la construcción del campanario fue construida la sacristía mayor, vasta sala abovedada situada entre el aula capitular y el lienzo norte del claustro, y que, como ésta, ha sido objeto de repristinación reciente por su fachada posterior, visible en la actualidad desde el Paseo de la Ciudadela.

Iglesia parroquial de El Salvador de Sagunto






Se trata de una iglesia de una sola nave con un ábside poligonal y contrafuertes exteriores. La nave está dividida en tres tramos mediante arcos diafragma sobre los que apea la techumbre de madera, siguiendo la tipología de las llamadas "iglesias de reconquista". El ábside presenta cinco lados, y está cubierto con bóveda de crucería con plementería de ladrillo. En el lado de la epístola se encuentran, en el primer tramo a los pies, el acceso a la torre y la capilla bautismal.

En este mismo lado en el tramo previo a la cabecera se encuentra la capilla de la Comunión. Se trata de un espacio con planta de cruz griega, cubierto con una bóveda de media naranja. El alzado interior se realiza mediante pilastras de orden compuesto.

La fachada de la iglesia presenta una portada de arco de medio punto con marcada línea de imposta. En la parte superior se abre un vano ligeramente apuntado.

Adosada a la fachada de la iglesia se encuentra la torre campanario. De planta rectangular está dividida en dos cuerpos mediante una línea de imposta. El cuerpo superior alberga las campanas, en él se abren tres vanos de medio punto en los lados Norte, Sur y Oeste. A ella se accede desde el interior de la iglesia. Al interior presenta una escalera de caracol de nabo central realizada en sillería.

La iglesia fue restaurada entre los años 1991 y 1992. En la restauración se procedió a la eliminación de las casas anejas por el lado norte generando una plaza. La sacristía fue construida en la nueva plaza. Con esto las fachadas de la iglesia quedaron libres de edificaciones, y fueron encaladas. Se realizaron excavaciones arqueológicas en las que aparecieron una piedra sepulcral, los cimientos de la primitiva iglesia, azulejos y piezas cerámicas de época romana. 

Sagunto: Iglesia-Arciprestal de Santa Maria


La iglesia arciprestal de Santa María de Sagunto (Valenciainició su construcción en 1334 en el mismo espacio en el que estaba la mezquita mayor de la ciudad, usada como lugar de culto cristiano nada más reconquistada la ciudad por las huestes de Jaume I un siglo antes. Este primitivo templo se consagró a la Virgen María, puesto que el siglo XIII estuvo dominado por la devoción a la figura emergente de la Virgen, que generó una especial devoción para Jaume I, quien la convirtió en testigo y protectora de sus decisiones. Las reducidas dimensiones del templo original obligaron a ampliar y reconstruir el espacio. El lunes 25 de abril de 1334 se pone la primera piedra de la actual iglesia gótica. Su interior consta de tres naves cortas y anchas, de gran altura, cubiertas con bóveda de crucería con contrafuertes que forman las capillas laterales y sustentadas por pilares octogonales. Los tramos de la iglesia fueron levantados en distintas épocas: del siglo XIV son el ábside de planta poligonal y la nave lateral que mira al norte, cuya puerta, también de esa época, recae a la plaza Mayor. Las capillas que se hicieron en esa época tienen arcos apuntados y bóvedas de crucería. La doble escalinata que facilita el acceso fue construida ya en el siglo XVI. En 1428 y 1448, la iglesia de Santa María albergó las reuniones de las Cortes del Reino. En el siglo XV se construyen la otra portada gótica que recae a la plaza dels Berenguer y la mitad de la capilla de la Sagrada Familia. En el siglo XVII se sigue la construcción de la tercera nave que se finaliza en 1666. A principios del siglo XVIII se concluye la construcción de la iglesia y en 1703 arrancan los trabajos para culminar la portada barroca a los pies del templo. Todo el edificio se construyó con piedra extraída de los montes cercanos. En el XVI los pilares se recubrieron con pilastras corintias y los arcos quedaron cubiertos por otros de medio punto de estilo renacentista. En esa época, el recinto que hoy vemos estaba construido en sus dos terceras partes. La historia del campanario no está exenta de avatares. La torre original, situada en la parte central del edificio fue derribada durante la remodelación barroca de la iglesia para elevar una nueva en 1702. .Destruida durante la ocupación napoleónica, se eliminó el campanario barroco por peligro de derrumbe  en 1913 fue inaugurada la que actualmente permanece, de estilo modernista y con un remate de hierro. Al comienzo de la Guerra Civil la iglesia sufre varios desperfectos, la noche del 21 de julio al 22 de julio de 1936 se produjo el saqueo e incendio de la iglesia, se rompieron las esculturas de las portadas góticas, la pila bautismal barroca con forma de concha y las pilas de agua bendita. Con el incendio se perdieron numerosas obras de arte.  Finalizada la contienda entre los años 40 y 50 se restaura de nuevo la iglesia, pero con elementos de escaso valor, comparados con los pedidos.

Fue declarada Monumento Nacional desde 1983. 

sábado, 22 de agosto de 2020

Real monasterio de la Trinidad de Valencia


El Real Monasterio de la Santísima Trinidad estuvo habitado por monjas clarisas desde el siglo XV fecha de su fundación, hasta el año 2014 en que las pocas monjas que lo habitaban tuvieron que abandonarlo ante la falta de vocaciones. Se encuentra situado en la margen izquierda del río Turia, extramuros de la ciudad. Era un monasterio de clausura estricta de la orden de las clarisas (rama femenina de los franciscanos). En 1983 fue declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional.

Se trata de una fundación medieval de gran importancia y que tuvo una amplia repercusión en la vida cultural valenciana. Es un magnífico ejemplo de la perfección alcanzada por los arquitectos, canteros y albañiles valencianos a lo largo del siglo XV, el llamado Siglo de Oro Valenciano.

Las obras se iniciaron en el año 1445 sobre el emplazamiento de un convento trinitario y su adjunto hospital de San Guillem del siglo XIII. El monasterio fue iniciativa de María de Castilla reina de Aragón y esposa de Alfonso V el Magnánimo con el que había contraído matrimonio en la Catedral de Valencia en 1415. La boda sería oficiada por el entonces Papa Benedicto XIII, luego antipapa conocido como Papa Luna. María de Castilla está enterrada en el claustro del monasterio por voluntad propia. En este lugar la reina instaló a la comunidad del Convento de Santa Clara de Gandia que es la que ha estado ocupando el convento hasta el año 2014. La primera piedra la puso personalmente la reina el 9 de julio de 1445 en presencia del obispo auxiliar de Valencia que actuaba en nombre del obispo titular Alfonso de Borja, futuro papa Calixto III.

El hospital trinitario de San Guillem había sido fundado en 1246 por Guillem Escrivá, para la atención a pobres y peregrinos; en 1256 fue puesto bajo el cuidado de la orden de los trinitarios que levantaron junto a él un monasterio. El convento empezó a ser conocido como de San Guillermo de la Santísima Trinidad. Por este antiguo convento trinitario recibe nombre, el Puente de la Trinidad que cruza el río frente a él, y también la ya desaparecida Puerta de la Trinidad abierta en las murallas medievales de Valencia en el siglo XIV.


El conjunto arquitectónico monacal consta de iglesia, coro (bajo y alto), sacristía, claustro mayor de dos pisos, sala capitular, refectorio, locutorio, escalera de subida al claustro, dos patios y un huerto que en la actualidad no se cultiva. Todo el conjunto muestra una armoniosa continuidad desde el gótico clásico hasta el renacimiento pleno. Las obras fueron iniciadas por el maestro de obras de la Catedral Antoni Dalmau, estando al frente de ellas hasta 1453 fecha de su fallecimiento. Sin embargo desconocemos hasta donde llegaron las obras mientras estuvo al frente de ellas. Se cree que a Dalmau se debe el planteamiento general del edificio, el inicio de la iglesia y el claustro.

No sabemos quien se hizo cargo de las obras a la muerte de Antoni Dalmau, pero es bastante probable que fuese el maestro cantero Francesc Baldomar o al menos que tuviera cierta participación en las obras ya que su técnica constructiva se aprecia en algunos lugares del monasterio. Si que se conoce la participación en las obras del maestro albañil Francesc Martí, alias Biulaygua (siglo XV), pero desconocemos el grado de implicación de su trabajo en las obras del monasterio y que partes hay que atribuírsele.

Se entra al conjunto monacal a través de una puerta de reciente fábrica, recayente a la calle. Esta da paso a una pequeña plaza o patio interior. En esta plaza interior, se encuentra la fachada lateral de la iglesia en la que se encuentra la portada principal que da paso a la iglesia. Aquí podemos encontrar una estatua que representa a Santa Clara de Asís, con una inscripción que dice: Santa Clara de Asís, alma del franciscanismo. En la pared a la izquierda de la portada, podemos encontrar un lápida conmemorativa relativa a Sor Isabel de Villena y su obra "Vita Christi". En esta plaza también podemos encontrar dos alas de un pequeño porche de arquerías, recuerdo de aquel patio porticado que construyó Sor Isabel de Villena y que fue arrasado en las guerras napoleónicas. También encontramos abiertos en el muro de la iglesia dos óculos con tracerías góticas originales.

Tiene por este lado el monasterio, adosado al muro y frente al río, una serie de viviendas o almacenes recientemente restaurados, que en origen eran las viviendas de los trabajadores que ejercían los distintos oficios para el monasterio y que lógicamente no podían permanecer en la clausura. También habían viviendas que eran utilizadas para hospedar de manera provisional a los familiares de las monjas en sus visitas al convento. En la actualidad algunas de ellas son de propiedad particular y la mayoría permanecen vacías.

Desde esta plaza se accede por nuestra izquierda a un corto pasillo cubierto, que a su vez permite el paso a un pequeño patio descubierto donde se encuentra la entrada a la clausura. A la derecha de este pasillo encontramos una puerta que da acceso al locutorio. El locutorio es una pequeña estancia que se cubre con bóveda de arista en piedra, y en la que a través de una verja permite la comunicación verbal entre monjas y visitantes.

Una vez en el segundo patio encontramos a nuestra derecha la puerta que accede al torno y junto a ella una ventana. Conjunto enmarcado por un gran arco en la actualidad ciego. Hoy día la entrada a la clausura se realiza a través de un gran arco escarzano situado a nuestro frente y que recibe el nombre de entrada de carros. En el centro del patio una decorativa alberca refresca y ameniza el lugar. La pequeña escalera que vemos al fondo pertenece ya a la entrada a la clausura del convento.

La primera abadesa del nuevo monasterio fue Violante Despuig que a su vez ya lo era del convento gandiense de donde procedía. Fallecida esta en 1461 le sucedió Isabel de Solsona que murió inmediatamente, siendo elegida como tercera abadesa Leonor de Villena.

Fue abadesa de este convento entre 1463 y 1490, la célebre humanista sor Isabel de Villena, figura señera de las letras valencianas y autora de la «Vita Christi» compendio feminista del renacimiento, fue publicada la obra en 1497 bajo la especial protección de la Reina Isabel la Católica que tenia mucho interés en conocer la obra de esta monja-escritora.

Sor Isabel de Villena acabó y enriqueció la fábrica del monasterio. Durante su abaciado pavimentó el suelo de la iglesia, construyó el claustro mayor, los dormitorios, la cocina, la lavandería y demás dependencias. Este se convirtió en un foco de cultura vinculado a la Universidad Literaria y fue unos de los grandes focos culturales de la Valencia del siglo XV y de toda la Corona de Aragón.

Elionor Manuel de Villena, conocida como Sor Isabel de Villena nació en 1430, profesó en el Monasterio de la Trinidad en 1445 y llegó a ser abadesa del mismo en 1463 siéndolo hasta su muerte, acaecida en la epidemia de peste de 1490. Las primeras 17 monjas llegadas de Gandia habían ocupado el antiguo convento trinitario en enero de 1445 y Leonor de Villena profesó pocos meses después. Leonor de Villena era hija ilegitima de Enrique de Villena. Sor Isabel de Villena, además de estar considerada como una escritora de primera línea y la primera en lengua valenciana, está a la altura de Ausias March, Joanot Martorell y otros escritores del siglo XV conocido como el siglo de oro valenciano. Fue una mujer adelantada a su tiempo que contrastaba con la habitual misoginia de la cultura medieval.

María de Castilla, reina de Aragón, pasaba muchas horas entre los muros de este monasterio mientras su marido Alfonso V andaba de conquistas tanto femeninas como militares por Nápoles. María de Castilla era hija del rey Enrique III de Castilla y de su esposa Catalina de Lancaster. Alfonso V y María de Castilla estuvieron más de veinte años sin verse, lógicamente no tuvieron hijos. El rey marchó a Nápoles en 1433 y nunca más volvió a territorio hispano. Su esposa María quedó como regente del reino y estableció su corte en el Palacio del Real de valencia, muy cerca del monasterio.

El monasterio de la Trinidad se convirtió en el convento de las damas nobles valencianas; la clausura no impidió que la comunidad se aislara de la sociedad valenciana, pues mantuvo contacto con personalidades como Jaume Roig († Benimàmet-Valencia 1478), poeta y que fue médico de la comunidad, y en otro orden al beato Nicolás Factor nacido en 1520 que fue el confesor. El monasterio además mantuvo estrechas relaciones con el Colegio del Corpus Christi y la Universidad. La comunidad fue objeto de importantes donaciones a lo largo de los siglos que se sumaban a las dotes de sus más insignes profesas, bienes que consolidaron su patrimonio económico y artístico. En relación a la Universidad cabe recordar que en la iglesia tenía su capilla Nuestra Señora de la Sapiencia, patrona de la Universidad.

Un Siglo de Oro en el que en torno a la figura de la abadesa Leonor de Villena, se encontraban Jaume Roig que componía "El Espill", Joan Rois de Corella (* Valencia 1435 † Valencia 1497), Jordi de Sant Jordi (* ca.1399 † Vall de Uxo-Castellón 1424) que componía "El Presoner", Ausias March que se encontraba en pleno proceso creativo y Joanot Martorell (* Gandia 1413 † Valencia 1468) que ultimaba el "Tirant lo Blanch", considerada como una de las más grandes novelas de caballería jamás escrita, alabada años más tarde tanto por Cervantes en boca de su inmortal Don Quijote de la Mancha, como por Shakespeare en "Much ado for nothing".

Un Siglo de Oro en el que contemplamos la subida al Papado de dos Arzobispos de Valencia de la poderosa familia de los Borja (o Borgia), Alonso y Rodrigo que con los nombres de Calixto III y Alejandro VI pasaron a la historia, además de por sus escándalos, por su mecenazgo de las artes. De hecho con su influencia introdujeron el arte renacentista en el Reino de Valencia y a través de él en España.

Un siglo de brillantes campañas capitaneadas por Roger de Lauria y Roger de Flor (* Brindisi-Italia 1266 † Adrianopolis-actual Turquía 1305) que culminaron con la incorporación de Nápoles a la Corona de Aragón. Corona que comprendía, además de los territorios peninsulares, los Condados del Rosellón y la Cerdanya en Francia, los Reinos de Nápoles, Cerdeña y Sicilia en Italia, los Ducados de Atenas y Neopatria en Grecia, el Reino Latino de Jerusalén, la Isla de Malta, los territorios norteafricanos de Marruecos, Argelia y Túnez y más de 80 plazas de soberanía y consulados comerciales en todas las costas de este mar que en aquellos años anteriores al descubrimiento de América aún era el centro del mundo y en el que, según dicho popular de la época, para navegar seguros hasta los peces debían lucir en sus lomos las barras de los reyes de Aragón.

Un Siglo de Oro estrechamente relacionado con este edificio, que se alza en majestuosa armonía "a la vora del riu" y en el que seiscientos años después las monjas clarisas seguían cumpliendo clausura, silenciosas, conservando los secretos que guardan sus corredores, estancias, claustros, celdas y archivos y en el que se especula podrían encontrarse los restos de ese otro valenciano ilustre que fue don Luis de Santángel, banquero de los Reyes Católicos que financió el viaje en el que Cristóbal Colón descubrió América, quien sabe si tomando como garantía las valiosas joyas de la primera Reina de Castilla.

De la importancia de este monasterio puede dar fe, el hecho que entre sus muros profesara en 1484 María de Aragón, hija natural del rey Fernando el Católico, fallecida en 1510 y enterrada en el coro bajo de la iglesia. Este también pondría bajo su protección el monasterio al igual que lo había hecho años antes su antecesora la reina María de Castilla. Los restos de María de Aragón han sido corroborados, pues se da la circunstancia que al estar enterrada bajo el coro sin ningún signo identificativo, a los franceses durante la Guerra de la Independencia les pasó desapercibida y sus restos no fueron profanados.

  
 

El acceso a la iglesia se realiza, desde la plaza antes indicada, por el lado de la epístola. En la fachada se abren tres accesos siendo el principal de estilo gótico flamígero, en la que se desarrollan nueve arquivoltas molduradas apuntadas que descansan en capiteles decorados sobre columnillas. Esta se enmarca por un arco conopial flanqueado por pináculos. Se decora con adornos de cardinas y en la parte superior con una macolla en forma de cruz. En el tímpano de la portada hay una copia de un tondo atribuido a Benedetto Buglioni (1461-1521) y también según autores a Luca della Robbia, cuyo original realizado en mayólica (barro cocido) se encuentra desde 1940 en el Museo Nacional de Cerámica González Martí. Protege la portada una moldura a modo de alfiz que descansan en dos ménsulas decoradas con escudos con las iniciales JHS.

Los otros dos accesos son de menor tamaño y se sitúan más próximos a la cabecera. La más pequeña permite el acceso desde el exterior a la conocida como tribuna de la Reina. En el muro de la fachada se abren dos óculos con tracería gótica originales de la época.

La iglesia situada al sur del claustro, es de una sola nave, cinco tramos, capillas entre contrafuertes y cabecera poligonal. Tiene unas medidas de 30 x 11 metros. Parece ser que la iglesia fue el primer edificio que se levantó, junto con la tumba de la reina María de Castilla. La cubierta de la iglesia se desarrolla con bóvedas de crucería de sillería. Tanto los nervios como las claves de los distintos tramos se encontraban policromados y de ellas partían cabezas de dragones pintadas. La clave principal del presbiterio representa a la Santísima Trinidad mientras que las claves del resto de la nave representan la faz de Cristo.

Entre 1695 y 1700 bajo la estructura gótica, la iglesia fue revestida con decoración de estilo barroco con bóvedas tabicadas de medio cañón con lunetos en la nave, y bóvedas muy rebajadas en las capillas laterales para dar cabida a las tribunas que tienen su acceso desde el coro alto. Por tanto, sobre la bóveda barroca se encuentra la bóveda gótica todavía intacta, con restos de policromía en las claves y los arranques de los nervios. La bóveda de medio cañón apoya en cinco arcos fajones decorados con florones. Las capillas laterales se abren a la nave principal mediante arcos formeros de medio punto. En la parte superior de cada arco podemos ver las celosías que cierran las tribunas-oratorios antes indicadas.

El interior del templo es amplio y está decorado con ornamentación barroca de fines del siglo XVII. El revestimiento decorativo lo forman medallones adornados con follajes y angelotes esculpidos en yeso. La iluminación se realiza a través de cinco vanos por lado, decorados con motivos vegetales. Los vanos quedan abiertos en los lunetos de la bóveda. La bóveda apoya en un arquitrabe y este a su vez sobre pilastras adosadas con basamentos de piedra pulida. Los capiteles de las pilastras son de orden compuesto. Bajo la cornisa unos grandes angelotes dorados decoran el interior.

El Retablo Mayor es muy sencillo, de estuco, realizado en estilo neoclásico en el siglo XIX, en su centro encontramos un lienzo bocaporte con una representación de la Santísima Trinidad. Flanquean el lienzo cuatro altas columnas de inspiración clásica. El anterior Retablo Mayor fue destruido en la guerra de la independencia de 1808.

A ambos lados del presbiterio se abren dos magníficas portadas barrocas policromadas, una de ellas con el escudo de la reina María de Castilla. Al lado de la cabecera se encuentran las sacristías. La sobresacristía del lado de la epístola era en origen la tribuna de la reina María desde la cual escuchaba los oficios divinos. Esta sala se cubre con bóveda de aristas en ladrillo.

Dispone de dos coros situados a los pies del templo. El coro bajo es una pieza de crucería gótica, amueblada y enriquecida en el siglo XVII por la condesa de la Puebla (Puebla del Maestre-Badajoz) y en cuyo techo se funden grutescos barrocos policromados con pinturas al fresco de ángeles. En la clave central podemos observar el escudo policromado de Sor Isabel de Villena. La bóveda apoya en ménsulas policromadas con motivos florales y ángeles músicos. La sala que permite a las monjas seguir el desarrollo de la eucaristía, se ha habilitado parcialmente como un pequeño museo con estanterías y armarios donde se exponen diversas reliquias y otros objetos muebles de gran valor artístico y sentimental. Tiene su entrada desde el claustro sin comunicación con el exterior salvo la reja de hierro que lo separa de la iglesia.

Bajo el suelo del coro se encuentra la cripta, lugar de descanso de las monjas a lo largo del tiempo, en la actualidad cerrado ya que el mismo fue saqueado por los franceses en la Guerra de la Independencia. En esta cripta debieron reposar los restos de sor Isabel de Villena. La entrada a la cripta se realiza mediante una losa de piedra en la actualidad inutilizada.

El coro alto lo ocupa dos tramos de la nave barroca de la iglesia, está decorado con numerosos cuadros y da acceso al archivo y actual sala capitular de estilo isabelino. Junto a este encontramos la caja del órgano, no ya el mismo que fue destruido en la guerra. En la clave del sotocoro encontramos un gran florón dorado de estilo barroco.

La iglesia dispone de cuatro capillas laterales por lado: en el lado del evangelio comenzando por la cabecera podemos encontrar:

• Capilla de la Virgen del Rosario (antes de San Miguel Arcángel). La escultura es de Francisco Pablo Panach (* Valencia 17-07-1877 † Valencia 18-07-1948) realizada en 1944. En el suelo se encuentra la cripta de los Santángel, cuyo personaje más importante fue Luis de Santángel, que financió el viaje de Cristóbal Colón por cuenta de los Reyes Católicos. En el suelo encontramos una lápida que nos indica la existencia de la cripta, aunque hay que hacer constar que no se sabe con seguridad si nuestro personaje llegó a estar enterrado en ella.

• Capilla de San Francisco de Asís (antes de La Piedad)

• Capilla de San José con escultura de José Romero Tena (* Valencia 08-06-1871 † Valencia 07-05-1958). Con anterioridad dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles. Esta capilla en origen fue reservada por la comunidad como lugar de enterramiento de la familia Escrivá, fundadores del Hospital y Convento Trinitario en el siglo XIII. Por diversas cuestiones esta familia no figura enterrada en la capilla. En esta capilla se encuentra la puerta de acceso al claustro desde el interior de la iglesia.

• Capilla de la Virgen de la Consolación de Corcolilla con escultura de Vicente Rodilla. Antes la capilla estuvo bajo la advocación de los Santos Reyes y mucho antes a la Magdalena.

En el lado de la epístola comenzando por la cabecera encontramos las siguientes capillas:

• Capilla de la Virgen de los Desamparados (antes de San Antón y Santa Lucía)

• Capilla de la Virgen del Refugio (antes de Santa Ana). Conserva una tabla pintada al óleo procedente de algún lugar del centro de Europa, probablemente de origen bohemio.

• En el siguiente hueco encontramos la entrada a la iglesia desde el patio y sobre la puerta la caja del órgano.

• Capilla del Santo Cristo (antes de la Virgen de las Nieves y más tarde de la Virgen de los Desamparados).

   

   
   
Fotos del claustro

El claustro es de estilo gótico, de finales del siglo XV y su belleza se debe sobre todo a la perfecta armonía de sus líneas y a la gran calidad de la talla de la piedra. El claustro mayor ordena el conjunto y se configura en dos plantas. El claustro bajo se desarrolla mediante arcos apuntados, ocho en los lados mayores y siete en los menores, separados por unas potentes pilastras que al interior del jardín apoyan en contrafuertes. Las galerías están cubiertas con bóvedas de crucería simple realizadas en sillería a excepción de la plementería que lo es en ladrillo. Los nervios de la bóveda apoyan directamente en el muro sin ayuda de ménsulas. El claustro alto se desarrolla a modo de pórtico o mirador, cubierto con techumbre de madera y sustentado por columnas ochavadas de piedra.

En el ángulo sur-este del claustro, cerca de la cabecera de la iglesia, se sitúa el sepulcro de doña María de Castilla, fallecida en septiembre de 1458. Se trata de un arcosolio con un arco conopial en la parte superior y pináculos en los laterales. En la parte frontal del sarcófago se representan tres escudos coronados con las armas de Aragón, Sicilia y Castilla flanqueados por dos bajorrelieves sustentados por leones puestos en pie, uno de ellos ostenta un lirio con tres tallos, mientras que el opuesto representa un caldero humeante con serpientes (armas de los Villena). Atribuido al maestro de obras de la Catedral, Antoni Dalmau. De los escudos citados, el del centro representan las armas de Aragón y Sicilia (los palos y las águilas), en uno de los laterales vemos las armas de Castilla y Sicilia asociados y en el otro lateral Castilla y Aragón.

Tres veces ha sido abierta la tumba de María de Castilla, la primera en 1587, la segunda en 1760 y la tercera en 1957 en ocasión de los daños sufridos por el monasterio en la riada del Turia de octubre de 1957. En todas ellas se constató que los restos de la reina seguían en su interior y en esta última ocasión se le volvió a vestir con hábito nuevo de la orden y vuelta a poner en un ataúd nuevo de madera.

Junto al sepulcro de María de Castilla encontramos una pequeña sala que hace de sacristía, es una pequeña estancia de planta irregular cubierta con bóveda de crucería y plementería de ladrillo. Se da la circunstancia que la entrada al sepulcro real se hace a través de esta habitación aunque la misma se encuentra tabicada, esa es una de las razones por la que los franceses no pudieron abrir el sepulcro y los restos se encuentren intactos, ya que nunca lograron averiguar cual era la entrada al sepulcro. En la última comprobación de los restos de María de Castilla se abrió un agujero en el muro y posteriormente se volvió a tabicar dejándolo en el mismo modo en que se encontraba. En origen el arcosolio debió disponer de un retablo hoy desaparecido y que en la actualidad ha sido sustituido por un Cristo Crucificado en madera.

En la galería oeste del claustro se encuentra el refectorio del siglo XV. De planta rectangular (25 x 7 metros) está dividido por cinco tramos mediante arcos fajones que separan las bóvedas de crucería con plementería de ladrillo que cubren la estancia. Los nervios apoyan en ménsulas adosadas a los muros. Las claves de la bóveda están decoradas con el anagrama de Cristo JHS (Jesús Hominum Salvator). En uno de sus muros podemos ver un Cristo Crucificado de moderna realización. El acceso al refectorio se realiza a través de una portada formada por un arco de medio punto realizado en sillería. En su interior podemos ver el púlpito de lectura desde el cual las monjas escuchaban pasajes de los Evangelios, mientras comían.

Junto al refectorio se encuentra la cocina; la entrada a esta se realiza a través de un vano realizado en esviaje en el muro del claustro. Este tipo de entradas en esviaje es bastante propio del maestro cantero Francesc Baldomar, por lo que aún a pesar de no disponer documentación al respecto, se considera que esta puerta sea atribuible a él mismo.

Junto a esta entrada, pero ya en el ala norte del claustro, encontramos una capilla o altar abierto en el muro con un panel cerámico representando a la Santísima Trinidad. Las paredes de la capilla y el propio altar se encuentran recubiertos con azulejos de cerámica.

En la panda este se encuentra la sala capitular, de planta cuadrangular, cubierta con bóveda de crucería rebajada y plementería de ladrillo. En la clave de la bóveda vemos representado el rostro de Cristo.

Los dormitorios se encuentran en la crujías norte y oeste del piso superior, conservando una de ellas la cubierta gótica original. En la intersección de ambas se encuentra la capilla de la Virgen de la Vela de planta cuadrada. La Virgen de la Vela es un icono de filiación oriental fechado a mediados del siglo XV en Siena. Recibe el nombre de la Vela, porque está situado junto a los dormitorios de las monjas y vela el sueño de las mismas. Fue regalo de la reina fundadora María de Castilla. En origen los dormitorios eran dos grandes salas comunes, pero en época reciente se realizaron reformas para convertir estos dormitorios en celdas individuales.

En la panda sur pegada al costado de la iglesia, encontramos uno de los elementos más originales del monasterio, se trata de la escalera que da paso al claustro alto. La escalera es de directriz recta y abovedada, el tramo de ascenso se cubre con bóveda de medio cañón inclinada (forma denominada "decenda de cava"), mientras que al llegar a la meseta superior esta lo hace con bóveda de arista. La escalera es un portento del arte del corte de la piedra y marca con diferencia el grado de perfección al que habían llegado los maestros picapedreros valentinos en el siglo XV. Además del piso alto del claustro, la escalera permite el acceso al coro alto de la iglesia y a la nueva sala capitular. En esta obra se ha querido ver nuevamente la mano del maestro cantero Francesc Baldomar.

A los pies de la iglesia, se encuentra el campanario. De pequeñas dimensiones apenas sobresale por encima del edificio. Más parece una espadaña que una verdadera torre. En su interior se alojan tres campanas que llevan por nombre: Amparito (ca.1975), Santa Bárbara (1816) y "Sant Miquel" (1816).

A lo largo del siglo XVII el monasterio fue enriquecido con los dones y reliquias ofrecidos por María de Corella y Mendoza, Condesa de la Puebla, que entre otras cosas adornó espléndidamente el coro bajo. También se conservan numerosas bulas papales y privilegios reales. María de Corella y Mendoza, fallecida en 1659 era por matrimonio, condesa de la Puebla del Maestre. Su esposo fue Alonso de Cardenas y Carrillo III conde de la Puebla del Maestre. Su hija Brianda de Cardenas (* ca.1583 † 1604) y su nieta Guiomar de Corella y Cardenas († 1612) que premurieron a la condesa fueron enterradas en el coro bajo junto con la misma. María de Corella y Mendoza ya viuda, se retiró al Monasterio donde quiso hacer una vida plácida y tranquila junto a sus hijos fallecidos y allí enterrados.

El convento fue abandonado en la Guerra de Sucesión y sufrió el expolio en la Guerra de la Independencia con la ocupación del monasterio por las tropas francesas que saquearon la iglesia y sus dependencias. La desamortización de 1836, la Guerra Civil de 1936 y la riada de 1957 fueron otros momentos difíciles para la comunidad con graves pérdidas en su patrimonio mueble. Pese a todo el edificio sigue siendo un rico depósito de obras artísticas reflejo de la historia de la ciudad.

Basado en un artículo de : El Real Monasterio de la Santísima Trinidad de Daniel Benito Goerlich


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sábado, 15 de agosto de 2020

Liria-(Valencia) Iglesia de arcos diafragmáticos de La Sangre

 



Nave central.





Ventanal lateral.

La iglesia de la Sangre de Liria, también denominada “Antigua Iglesia de Santa María” o "Iglesia de Santa María de la Sangre", está ubicada en la plaza de la Villa Antigua, de la mencionada localidad. Está catalogada como Bien de interés cultural, con número de anotación ministerial: R-I-51-0000165 y fecha de disposición de su catalogación como Monumento Nacional, 29 de septiembre de 1919.1


Historia[editar]

La iglesia se encuentra situada en la colina donde se asentaba la antigua ciudad medieval. Levantada sobre la antigua mezquita, fue el primitivo templo parroquial hasta 1646, fecha en la cual el culto pasó a la nueva Iglesia Parroquial de la Asunción de Nuestra Señora, convirtiéndose en ese momento en una cofradía: la Cofradía de la Sangre.1​Se sabe que su construcción se inició bajo el obispado de Andrés de Albalat, entre los años 1253, fecha de la carta de poblamiento a los vecinos de Liria y 1262, con la designación del Infante Pedro, como señor de Liria; terminándose la obra probablemente en 1279, poco tiempo después de la donación de la parroquia de Liria al monasterio de Portaceli.2

Descripción[editar]

Por su estructura se puede catalogar como "iglesia de reconquista", erigida en la transición del románico al gótico, entre los siglo XIII y XIV. Presenta planta rectangular con una sola nave (que habría absorbido la sala de oración hipóstila de la mezquita aljama),2​ que está dividida en seis tramos por cinco arcos diafragma apuntados, que sustentan la techumbre, que es de madera a dos aguas. Este artesonado está decorado con representaciones caballerescas, de animales mitológicos y de motivos vegetales y heráldicos como la flor de lis. En la viga situada en el presbiterio aparecen tres escenas religiosas excepcionales: la huida a Egipto de José y María, la Virgen con niño y la crucifixión, en la que se representa a Cristo crucificado con la Virgen y San Juan.2​En sucesivas ampliaciones se levantaron las capillas laterales, por lo que no son todas iguales, ni tampoco utilizan los mismos materiales de construcción, ya que los muros de estas ampliaciones son de mampostería, mientras que la fábrica inicial es de cantería; ni presenta policromía en la techumbre de madera. En el primer espacio entre los dos muros de carga ( crujía), se situó el coro de madera (al cual se puede acceder por una escalera de estilo góticomudéjar3​), mientras que en el resto de crujías se instalan las capillas de los siglos XIV y XV, que fueron realizadas con bóveda de crucería por debajo del artesonado. La fachada de los pies, que presenta la portada a la iglesia, está realizada en tapial y tiene en la parte superior una espadaña de ladrillo, mientras que la portada(que se construyó unos sesenta años después de la primitiva puerta lateral), está realizada en piedra caliza, es abocinada y presenta tres arquivoltas con finas columnillas.4​ La fachada lateral, recae hacia el sudeste, y conserva el muro original en la primera y última crujía; mientras que las restantes están ocupadas por las capillas laterales. En la cuarta crujía destaca la portada lateral llamada "Portal del Hòmens" ( sencilla portada con un arco de medio punto adovelado), la cual da paso a la capilla de menor altura, en la que se ubica el púlpito. Por su parte, en la fachada noreste se encontraba la casa abadía; en ese mismo lado se conserva un aljibe con tres naves cubiertas con bóveda de cañón.14​En su interior se pueden contemplar obras pictóricas entre las que destaca “El Martirio de san Pedro de Verona” y las escenas de “La vida de santa Bárbara”.35​También tiene esta iglesia un campanario, que se emplaza en el lado izquierdo de sus pies. Se trata de un campanario con una base inferior, un segundo cuerpo macizo y un tercer cuerpo de campanas. Antes de la restauración (en 1997) presentaba un remate del siglo XVIII.1​ (De Wikipedia).

jueves, 16 de julio de 2020

Requena, Valencia. Portada de Santa María.



El Templo de Santa María de Requena fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931. Es una de las tres parroquias que se fundaron en la Edad Media en La Villa de Requena junto con El Salvador y San Nicolás. Incluso, hay documentación sobre ella ya en 1333.
Sin duda, lo primero que destaca del templo es su hermosa portada del gótico flamígero tardío de principios del siglo XVI que posee un muy interesante programa iconográfico e iconológico.
Es una portada abocinada con parteluz y cuatro arquivoltas con doseletes que arrancan desde un banco-pedestal. 
El tímpano se dedica a la Anunciación y encontramos una falsa arquivolta adornada con hojas de cardo y rematada con crestería calada y una representación de la Virgen María como Anunciación, aunque la iglesia está bajo la advocación de la Asunción. Aparecen las imágenes del Arcángel San Gabriel arrodillado, la Virgen orante, un florero y un pequeño atril adornado con almohadón que sostiene el libro sobre el que ora la Virgen.
En el parteluz que separa las dos imponentes puertas de madera con esmerada cerrajería se encuentra una imagen de la Virgen. La Virgen original en su parte afectante a la cabeza fue destruida en 1936. En 1940 el faltante se sustituyó con una réplica que fue cambiada por otra más similar a la primigenia el 22 de enero de 2013.
Son cuatro las arquivoltas: las tres interiores apuntadas y la exterior conopial dejando entre ellas tres intercolumnios. Este conjunto está flanqueado por dos pilastras rematadas con pináculos a la altura de la cornisa superior. Entre las pilastras y las arquivoltas se levanta una arquería que asciende hasta la cornisa y se remata con una crestería. Sobre todo ello un alero de madera que le permite al conjunto monumental guarecerse parcialmente de las inclemencias meteorológicas.
Bajo doseletes, se encuentra un apostolado, en parte mutilado, con diez figuras originales, siendo en parte reconocibles por sus atributos Santiago el Mayor por su sombrero de peregrino, San Andrés por la cruz en aspa, San Juan quizás por carecer de barba y su movimiento juvenil y San Pablo también quizás por apreciarse restos de un posible báculo. Muchos de ellos sostienen libros. En la última restauración de 2012-2013 se añadieron dos figuras sin atributos.
Los tres intercolumnios arrancan del banco pedestal en forma de columnas con hexágonos alargados en forma de panal. Las imágenes representadas se encuentran cobijadas en pedestales-doseletes. En el intercolumnio más interno se presentan ocho querubines con tres pares de alas. El segundo intercolumnio está compuesto de cinco pares de impresionantes ángeles músicos dispuestos simétricamente a ambos lados de la portada. Entre los instrumentos que tocan se pueden interpretar como chirimías medievales o cornetas renacentistas, bajones, vihuela y laúd antiguo. El tercer intercolumnio recoge seis pares de vírgenes, algunas reconocibles como Santa Catalina porque a sus pies está la cabeza coronada del emperador Magencio, Santa Bárbara que tiene en la mano la torre donde fue encerrada por su padre antes de su decapitación y Santa Águeda con los pechos en un plato. Entre los adornos que llevan las vírgenes aparecen libros, cuerdas y disciplinas.
Una parte importante del programa iconográfico e iconológico se encuentra en sus arquivoltas que también reflejan una abundante decoración vegetal de hojas de cardo, cintas, uvas, etc. La representación de figuras antropomorfas, de animales y fantásticas es variadísima con dos hércules, cuadrúpedos alados, águila con cabezada femenina, asno alado (símbolo de la pereza), delfín alado (símbolo de la salvación-resurrección), salamandra (símbolo del fuego y de la castidad), dragones alados (tal vez símbolos del diablo o calamidades públicas, pero quizás de guardianes del templo), un hombre desnudo saliendo de un caracol, un cocodrilo o armadillo, un perro (símbolo de la envidia, pero también de la fidelidad), un caracol (símbolo del pecado y la pereza) y un reptil alado.
La arquivolta conopial está decorada por un cordón de hojas de cardo rematada con un florón y a un lado aparece un hombre desnudo enzarzado entre ramas quizás como un Hércules y al otro lado otra salamandra alada símbolo del diablo.
De esta arquivolta conopial arranca una tracería compuesta por cinco arcos apuntados a cada lado con vistosas hojas de cardo.
En la cornisa hay una interesante imaginería compuesta de lobos con las fauces abiertas (valor, avaricia, gula, astucia, crueldad), una salamandra, un oso (ira, crueldad, primitivismo), cuatro escenas de ángeles algunos doblemente alados y otros de cuerpo entero con sólo un par de alas y genuflexos, decoración floral con hojas de roble y bellotas, un par de liebres (sensualidad, procreación, ligereza, salvación), un perro, una pareja de leones y un cuadrúpedo con cabeza de lagarto. Toda esta cornisa rematada por una crestería calada.
En suma, una portada mariológica dedicada a la Anunciación con querubines símbolos de la sabiduría divina y de la resurrección, ángeles músicos pertenecientes a los dominios, virtudes y poderes y doce vírgenes símbolos de la virtud y santidad. En las arquivoltas los animales representan los pecados y vicios del mundo.
Durante seis meses de los años 2012 y 2013 se llevó a cabo una restauración conservacionista en el que se limpió la suciedad, se eliminaron los elementos dañinos y se trató las patologías de la piedra. Las reintegraciones de pérdidas y faltantes, aplicando criterios arqueológicos, se concretaron en la referida reposición escultórica de la mitad superior de la Virgen del parteluz y en los dos apóstoles faltantes en los extremos izquierdo y derecho del conjunto. Los pequeños faltantes de elementos y detalles de las figuras y formas arquitectónicas no se reconstruyeron. Se utilizó la coloración de la pátina de protección intentado igualar y reintegrar la visión homogénea de la portada, ya que, después de la limpieza, los restos de anteriores pátinas y el natural lavado de las mismas en los elementos más salientes por acción del viento y la lluvia, provocaban una visión distorsionada que impedía incluso la normal lectura de formas.
 
Para saber más:
. JESÚS-MARÍA ROMERO, José Ángel. “La Iglesia y portada de Santa María de la Asunción de Requena”. Oleana, 1985, n. 1, p. 49-62.
. JESÚS-MARÍA ROMERO, José Ángel. “La portada gótica de Santa María de Requena: crónica de su reciente restauración”. El Trullo, Invierno 2013, [2] p.
. LAFUENTE NIÑO, Ignacio. “Iglesia de Santa María”. En: Catálogo de monumentos y conjuntos de la Comunidad Valenciana, 1983.
. MARTOS CARRETERO, Javier. “Ministriles en Requena: referencias documentales y artísticas”. Oleana, 2008, n. 22, p. 613-634.
. AGUILERA, Emiliano M. “Las portadas góticas de San Salvador y Santa María de Requena”. Revista Española de Arte, n. 7, Año IV, septiembre 1935, p. 318-321.
. HORTELANO PIQUERAS, Laura. “Ángeles músicos en la portada de Santa María de Requena”. Oleana, 1999, n. 14, p. 95-110.
. PÉREZ GARCÍA, Mª Remedios. Iglesia de la Anunciación de María de Requena: mensaje iconográfico de su portada. Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, n. 5, 1993, p. 6-14.

Requena, Valencia. Portada Iglesia de El Salvador.



La iglesia de El Salvador de Requena es un edificio de estilo gótico isabelino, construido en el siglo XV, aunque posteriormente sufrió reformas en el siglo XVIII, de estilo barroco en la torre campanario; tiene 3 naves y capillas laterales entre los muros y contrafuertes; la fachada gótica es de gran belleza con arquivoltas, vírgenes y santos.